¿El jardinero fiel?

A pesar de todos los problemas que tenemos, vivimos en un mundo privilegiado.
Ayer vi una película, una de miles del mismo género que relatan como unos occidentales que viajan a África descubren como las farmacéuticas juegan a conejillos de indias con la población.
La película me encantó, se titula "El jardinero fiel", y aparte de esa trama principal, esconde una épica historia de amor envuelta en esas imágenes de África que como siempre,me fascinan.
Porque además de bonitos paisajes, ofrece un perfecto reflejo sobre como es la vida de aquellas personas.
Hacinados en poblaciones sin ningún tipo de infraestrucuta sanitaria, sin servicios mínimos como el agua, el alcantarillado o la electricidad, sometidos por guerras tribales y explotados por el primer mundo.
Un ambiente tan gris con el que paradójicamente consiguen contrastar el espíritu alegre y libre de esas gentes.
Las sonrisas, el colorido, la amistad sincera y esa pureza en la mirada que sólo tiene el que no espera nada malo de los demás.
Hubo una imagen que me hizo pensar en lo mal que lo estamos haciendo con estos países, era un avión sobrevolando un poblado africano.
Imagina por un momento haber nacido allí, en una sociedad tribal, moliendo cereal con dos piedras y subsistiendo gracias a un escueto rebaño.
Miras al cielo y ves volar un avión, para ellos somos extraterrestres, llegamos nos apropiamos de sus riquezas, les cedemos cuatro baratijas, armas, alcohol y sin querer con nuestra tecnología y exibiendo nuestro estilo de vida los hacemos eternamente infelices.
Deberíamos respetar su derecho a evolucionar como pueblo, sociedad y cultura; se debería aplicar una política no intervencionista.
Creo que el primer mundo puede ayudarles, pero no a cambio de sus vidas, sus recursos y de su futuro como pueblo.
Francamente no sé lo que se debería hacer, pero si sé lo que estamos haciendo mal.
Permitir extraer riqueza de cualquier tipo de esos países es abocarlos a la pobreza hoy y para siempre, en este aspecto sería taxativa, sí entrar, sí aportar, sí ayudar, pero nunca extraer, sacar o expropiar.
Que no nos engañen, no tenemos derecho alguno sobre ellos.