Que la primavera nos afecta es un hecho probado.
Lo que me hace gracia es lo poco conscientes que somos de nuestra naturaleza animal.
Vestidos con elegantes trajes, nos movemos por este mundo en artilugios fabricados por nosotros mismos.
Y no contentos con eso, forzamos las maquinas hasta que nos matamos en ellas.
Pensad por un momento que cualquier otro animal hiciese algo parecido en la naturaleza.
Sería el admereir, el último paria el del chiste de Lepe.
Pero así somos los humanos, vamos hacia adelante pese a quien pese, pierda el que pierda, incluso aunque los que perdamos seamos nosotros mismos.
Vivimos rodeados de nuestras creaciones mas que de la propia naturaleza, no la necesitamos, como mucho el domingo damos un paseo por el campo o lo que muchos piensan que es lo mismo, los jardines y paseos de las ciudades.
Pero un día llega la primavera, algo que no es mas que un pasar de fecha en el calendario.
Pero nos despertamos mas frescos, mas felices, las horas de luz cambian nuestro estado de animo.
Tenemos ganas de salir, de que el sol nos impacte directamente y hacer deporte al aire libre.
Esto es muy "animal"para nosotros, por lo que lo adaptamos a nuestra cultura.
Entonces queremos aprovechar las horas de luz , por economía.
Salir a las terrazas o tumbarnos en el césped, por salud.
Cambiar de ropa y sentirnos mas atractivos, por que lo dicen los grandes almacenes.
Y no hablemos de las migraciones estivales, nada que ver con nuestro pasado animal.
Os dejo una imagen para que meditéis sobre ella, playa de Benidorm en agosto.
1 comentario:
No somos tan especiales, ni tan distintos a un orangután colgado de un árbol.
Publicar un comentario