lunes, 21 de marzo de 2011

ESCALERA VITAL

Nacemos para estar eternamente insatisfechos.
Cada día necesitamos superarnos, cada día una nueva meta ciega nuestros ojos.
Y sólo recordamos la felicidad pasada, la futura la imaginamos y la presente no la disfrutamos , solo la buscamos.
¿Será que nuestra felicidad depende de las metas logradas?.
¿Como podemos saber si las metas perseguidas hoy, serán nuestra felicidad o nuestra desgracia mañana?.
No sería mejor disfrutar de las cosas ya conseguidas, centrarnos en el presente y olvidar nuestros horizontes soñados.
Pero, y si son esos anhelos los que nos mueven y si nuestro motor se alimenta de deseos y sin ellos simplemente paramos y nos dejamos llevar por rutinas y apatías.
Acaso no habéis deseado nunca vaciar vuestra cabeza, volver a la niñez a los veranos sin fin, quedarte atrapada en el tiempo en alguna de aquellas tardes de verano, en las que mirabas al cielo suplicando que no se hiciese de noche nunca.
Ahora vives un día pensando en el siguiente, una semana pensando en su fin de semana, un mes pensando en el próximo de vacaciones, un año pensando en que alcanzarás tu meta en el siguiente.
Vivimos en la incertidumbre, en una escalera.
En la que alcanzar un peldaño te obliga a desear el siguiente, imaginando siempre que el anhelado descansillo se encuentra un par de peldaños mas allá.
No me ha tocado una mala escalera, no me voy a quejar.
La inclinación es suave y aunque algún peldaño me ha costado, me he propuesto metas cada vez mas cercanas, para dar pasos mas cortos.
Ya no me importa tanto divisar el descansillo, casi prefiero no verlo.
En este punto de mi escalera me conformo con mirar a ambos lados y ver un sin fin de peldaños.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Y ver que a tu lado hay personas buenas acompañándote en tu ascenso.

BELEN dijo...

Algunos peldaños son mas grandes, otro más pequeños, pero siempre los acabamos subiendo,y que gusto cuando se consigue o cuando ves que la gente que quieres los consiguen subir