lunes, 11 de abril de 2011

3,2,1, ACCIÓN

En este mundo tan predecible, triunfa el que sabe dos cosas fundamentales.
La primera es saber cual es tu papel y la segunda saberlo representar.
La complicación de todo esto es que tu papel varía según la escena.
Si hoy te ha tocado ser un joven luchador, idealista y comprometido, es posible que en tu futuro tengas que representar algo bien distinto.
Puede que te conviertas en un empresario sin escrúpulos solo movido por el afán del dinero o en un padre de familia en paro.
Y ahí es donde radica la dificultad, en adaptarse a la escena, en sacar lo mejor de ti, para que tu personaje no sea gris.
La vida no te prepara para el rol que has de representar, se guarda el misterio y caprichosa, a veces, intercambia los papeles.
Has de preparate en todos los registros.
Fracasa aquel que se aferra a un personaje y lo interpreta ignorando el guión que le ha tocado.
Fracasa también el que sabiendo su función, no consigue darle la credibilidad necesaria, navega entre varios registros y no logra encajar su representación.
Pero nada está escrito, nada es para siempre y adaptarse es la base del buen superviviente.
Túmbate tranquilo un buen rato, piensa en el momento actual, ni pasado ni futuro nos valen.
Visualízate en el escenario que es tu vida, si ya has localizado tu personaje y tu papel en esa representación, piensa si te gusta, si lo haces bien y eres el protagonista o sólo un secundario mas.
Si lo que ves no te encaja, has de cambiarlo.
Cámbialo todo o sólo tu personaje, pero hazlo.
Recuerda que esta vida no es un ensayo.

1 comentario:

BELEN dijo...

todos somos importantes en este teatro,