viernes, 27 de mayo de 2011

Brisca online

Los de mi generación me entenderéis cuando digo que nadamos entre dos mundos.
Este domingo sin ir mas lejos, me vi en dos situaciones en donde tuve que echar mano de todas mis habilidades para salir airosa.
Reunión familiar, los niños jugando fuera y los mayores inmersos en su partida de cartas.
Les faltaba justo una persona para jugar, y allí me metí.
Nunca pensé que pudiese haber tal tensión en las partidas de jubilados.
Eché mano de aquellas lecciones de brisca que me dio mi abuela, de mi dominio del solitario spider y también de la estadística de segundo de carrera; gracias a eso pude defenderme y dejar el pabellón a salvo.
Pero después de la merienda me esperaba otra dura prueba, mi sobrino y la WII se confabulaban para retar a mi habilidad contra la de un niño de cinco años.
Ahí tuve que rebuscar en mi memoria y volver a los años que aprendía con los patines de bota y mi torpe manejo del joystick en aquel juego antediluviano de tenis, aquel de las dos barritas y una bola.
Y es que estamos en medio de dos eras, la anterior, la de nuestros padres, con apenas tecnología doméstica.
Con dos canales en la televisión y sin teléfonos móviles.
Aquella que si echas la vista atrás, te das cuenta que los únicos botones que apretabas en todo el día eran el timbre de la puerta y el del televisor, y que el dedo gordo los usabas para cortarle la uña y poco más.
Y la de ahora en la que no hacemos otra cosa que apretar teclas, botones e interruptores por donde quiera que vas.
Y nos encontramos en la plenitud de nuestra vida, en el momento en el que nuestros mayores esperan de nosotros que sepamos tanto o más que ellos, que sepamos hacer la masa del pan y también programar el horno digital, multifunción y pirolítico sin pestañear.
Y es que no se puede estar a todo, pero ¿como elegir entre pasado y futuro?
No queremos olvidar las tradiciones, ni a hacer las mil cosas que nos enseñaron los abuelos, pero tampoco descolgarnos de nuestros hijos, de la informática y las mil funciones de tu móvil.
Tenemos que seguir nadando, nos ha tocado ser el muelle de este aparato y tenemos que estirar y encoger sin perder jamás la forma.

1 comentario:

Unknown dijo...

¿Y por qué elegir?
Somos una generación-bisagra y no hacemos otra cosa que cumplir con nuestro cometido que es el de hacer la vida más fácil a las generaciones venideras.
Unas veces con más acierto que otras, pero siempre con la mejor voluntad.