Hace un par de años, se tomaron medidas para el tallaje de las prendas.
Las españolas, tuvimos que sufrir la humillación de que un concienzudo estudio nos clasificara por la forma.
Como si de hortalizas se tratara.
Desayunamos preguntándonos a que morfotipo pertenecíamos.
Acaso éramos las apreciadas "diábolo", las menos agraciadas "campana" o las rectilíneas "cilindro".
En cualquier caso, los nombrecitos no eran muy afortunados.
Un sin fin de chistes brotaron por doquier y nosotras resignadas, intentando ver el beneficio futuro de tal ingenio.
Los fabricantes incluirían estos estudios en su confección y etiquetaje y sería mucho mas sencillo para nosotras, encontrar nuestra talla, facilitándonos una barbaridad la ardua tarea de las compras.
Sólo espero que este estudio no haya sido financiado con mis impuestos.
Ahora a toro pasado, ¿de que nos valió todo aquello?, ¿por qué no se hizo el estudio también en hombres?, ¿ donde estaba la ley de paridad?
Acaso no se pueden clasificar los cuerpos masculinos, si es porque no se les ocurrieron nombres, yo tengo unas sugerencias.
Tenemos al hombre fideo, también llamado "tirillas", el "peonza" o pirámide invertida y por último el tipo "botijo".
Esta es tan buena clasificación como la de los morfotipos femeninos, mucho mas barata y con las mismas repercusiones a largo plazo.
Hombres y mujeres del mundo, démonos cuenta de una vez la riqueza inmensa que nos da la variedad, altas, bajos, gordas, flaquitos, musculosos y exuberantes, cada uno único y especial.
Ah, y por lo de ir de tiendas no os preocupeis tanto por nosotras, en el fondo nos gusta.
1 comentario:
A mi no me incluyas, que la definición de las mujeres vete a saber quien la hizo; pero la de los hombres la has puesto tu, tururu, tu tu.
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