lunes, 4 de julio de 2011

Abandonar a Lupita

Hola, me llamo Lupita soy una bulldog frances con pedigree y busco un hogar.
Mi hasta ahora dueña me acaba de abandonar por culpa de un crucero por el Caribe.
Cuando estrenó su loft urbano de mas de doscientos metros con terraza, colmó su espectativas en cuanto a vivienda.
Pero claro tanto espacio se le hacia muy frío y decidió adornarlo con una preciosa mascota, que hiciese juego con la moderna decoración.
También pensó en tener un aliciente para salir a pasear todas las tardes.
Y le gustó la idea de que alguien la esperase impaciente para entregarle todo su cariño y atención sin condiciones.
Un capricho que calmaría sus ansias maternales y sustituiría el silencio frío de una casa vacía por correteos alegres y juguetones de una mascota.
También pensó en mi bienestar y me forró de cojines y vacunas.
Yo, orgullosa de mi buena cuna y de mi genética fiel y noble, la adulé como sólo un perrito sabe hacerlo.
Fuí durante unos meses el centro de sus atenciones, el complemento mas glamuroso para los paseos matinales.
Pero en casa todo era distinto, cada día una nueva prohibición, una riña exagerada, nada de lo que hacía la complacía.
Se convirtió en una queja constante, no subas, no salgas, no entres, no corras, no te rasques, no ladres, no te acerques al sofá, mi vida era un martirio.
Yo la miraba con mis grandes ojos almendrados tratando de explicarle que esa es mi naturaleza, que cada reproche me entristece porque para mí no hay nada en el mundo mas importante que su sonrisa.
Pero ella nunca lo entendió.
Nunca debió haber entrado en aquella tienda. Y ahora yo sufría las consecuencias de su capricho.
Ella se dio cuenta de su error desde la primera noche, desde la primera mañana que tuvo que cambiarme el agua y limpiar el suelo que yo había ensuciado.
Pero una especie de orgullo y autosuficiencia no la dejó reconocer su error, en el fondo, sé que ella lo intentó, intentó amarme y cuidarme.
Pero siempre supo que tarde o temprano se desharía de mi.
En su defensa diré que nunca me causo daño, que me trato como a una princesa y que me buscó un nuevo hogar.
He tenido mas suerte que muchos de mis camaradas, que los abandonan a su suerte en montes o carreteras de playa.
Pero que esta pasando, han abierto mi jaula, ¡ es ella ! ¿ha vuelto a buscarme? si, si , si, me la como a lametazos, ahora si que sí, ahora se que me quiere, que no ha podido dejarme aquí, nos vamos a casa.
No se puede ser más feliz.

1 comentario:

Anónimo dijo...

...EXCELENTE!!!