Novio "Nancy"

Me gusta la moda.

Pasar una tarde entregada a compras y escaparates me relaja.

El ambiente tan zen de las tiendas caras y el bullicio de las mas populares, hacen que entre en un estado mental en el que mis preocupaciones se marchan y mi mente genera endorfinas, como si corriera la San Silvestre o me hartase de chocolate.

De pequeñas jugamos

con muñecas, muñecas bebé, que reconfortan nuestro instinto maternal y muñecas "modelo" con miles de vestidos y peinados que alimentan nuestras

ansias de moda.

Y no nos conformamos con ensayar estilismos en nosotras mismas, no.

Buscamos esa amiga,

madre o hermana en la que plasmar nuestras muchas horas de shooping.

Aconsejamos, nos documentamos e intentamos estar

siempre a la última.

Hasta que por fin aparece "él",el novio "Nancy", ese novio complaciente, vestido con chandall, que se dejara aconsejar.

Entonces desplegamos todo nuestro buen hacer, para convertir la rana en príncipe.

El corte de pelo es fundamental, no dudamos en avergonzarlo acompañándolo al peluquero y poniéndole mascarillas de pepino.

Ya en el centro comercial, le probamos los loocks mas diversos, alegando buscar " su estilo".

Cuando realmente disfrutamos, es cuando nuestra obra sale a la calle, verlo caminar con esos vaqueros ajustados que él nunca se hubiese comprado, con sus gafas aviador de lo mas fashion, no es inmodestia, es que soy buenísima comprando.

Lo sé, estoy exagerando y vosotras no sois así.

Pero jurad que nunca lo habéis hecho, o deseado hacer.