Hubo una época en mi vida en la que preparaba un viaje a Kenia.
Soy una gran amante de la vida salvaje y de los atardeceres anaranjados, recortado siluetas de acacias y jirafas a lo lejos.
Durante años fui atesorando libros, guías, botas de montaña, prismáticos, material fotográfico y sobretodo ilusiones, para cuando llegase el gran día.
Fue mi viaje mas largo, el mas soñado y añorado.
Fue el viaje que nunca hice.
Y el que ya no quiero hacer.
De todas maneras no me entristece, lo soñé tantas veces, lo viví en mi imaginación paso por paso, que lo tengo como un buen recuerdo, como si realmente hubiera pasado.
Como una meta superada.
Hoy la vida con sus bofetadas de realidad me hace recordar aquella ilusión mía y pienso en lo distinta que sería mi vida si hubiera hecho ese viaje.
Un amargor baja por mi garganta y mis ojos se nublan acuosos, pero trago saliba y pienso en todos los viajes que me quedan por hacer.
Pienso en la inexplorada Australia, en las calles medievales de cualquier ciudad europea, en Londres y su bullicio, Berlín, Amsterdam.
Y ya todo vuelve a ser bonito.
Nuevas ilusiones me recorren, África queda ya muy lejana.
Hoy tengo otras metas, disfrutar de otros horizontes.
Lo mejor es no perder nunca las ganas de viajar.
2 comentarios:
Ponte las botas Luz, pronto empezaremos un viaje con horizontes más lejanos que los australianos y con atardeceres más plácidos que los keniatas.
Me has hecho recordar mis tiempos de scout ... mis ilusiones de pequeño, esas noches sin dormir para levantarme temprano para salir de acampada ... todo eso de un día para otro se desvaneció ... la ilusión ya no fué la misma.
Ahora sueño con el verano nuevamente para salir de acampada con mi pequeñajo ... que a sus 20 meses ya ha dormido en tienda de campaña 6 veces!!!! ...
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