De los peores sentimientos que conozco, la culpa es la que causa en mi mayor desasosiego.
Creo que mi pasado en colegio de monjas esta detrás de ello, pero eso lo dejo para las películas americanas.
Esa sensación de haber causado un mal, directa o indirectamente me atormenta.
Y como cualquier sentimiento te subyuga, te hace su esclavo y en pos de él, dejas de hacer muchas cosas, limita tu libertad y no siempre de forma positiva.
Los buenos sentimientos como el amor, la amistad, la justicia también llevan asociados sentimientos negativos como la envidia, los celos o la vanidad.
Por lo que, por mucho que intentes aislarte de malos pensamientos siempre aparece aquel punto sin luz que hace perder la razón al resto.
Somos como el café con leche, imposible separarlos. Y al igual que este las combinaciones de concentración de uno u otro elemento son infinitas.
Estoy segura que esta teoría mía del café con leche ya la inventaron los chinos con su ying yang hace miles de años, pero no por eso tengo que desecharla, pues cuando alcanzas a entender un principio por tus propios medios, inducido por la autoreflexión, es cuando consigues que una pieza de tu puzle personal encaje.
A partir de ahora cuando busque el sol también veré la sombra, cuando la tristeza me oprima buscaré esa felicidad que seguro tengo cerca, cuando la culpa me dispare sus dardos pensaré en el perdón y el olvido.
3 comentarios:
Uf! Leo monjas y lo veo todo negro....yo también lo dejo!
No te atormentes...él daño que tú puedas causar seguro seguro grave no es!
Yo creo que es más bien cultural, está bien sentirse culpable por algo que has hecho mal y que sobre todo ha dolido, pero creo que el 99 % de las cosas que hacemos mal,lo hacemos sin ánimo de hacer daño. Yo tambien me atormento con haber hecho daño, me paso horas dando vueltas y vueltas a lo que hecho mal
Pues debe ser de familia, bonita... :) a mí se me va olvidando mientras mantengo la mente entretenida... leo y hago blogs :P
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