Ataques de timidez

Dice mi sobrino de cinco años que le dan ataques de timidez con las niñas y, que cuanto mas guapa le parece, el ataque es mas fuerte.
Creo que esta frase describe perfectamente lo que le pasa y seguramente le pasará durante toda su vida.
La timidez es uno de los sentimientos mas arraigados y mas difíciles de controlar, es innata a la persona y para prosperar en nuestras relaciones sociales tenemos que aprender a vivir con ella.
Es un ingrediente valioso en nuestra forma de ser, no cabe duda de su atractivo, pues en su justa medida te da ese toque de introversión, de mundo interior y de dulzura que tan atractivo nos resulta.
Un exceso, por el contrario, da un aire osco, de individuo poco avezado en la vida social.
La ausencia total de timidez, lo asociamos con la desvergüenza y eso nos produce un rechazo, pues en cualquier momento con esa persona te ves metido en una situación comprometida.
Nuestra personalidad es como una figura de barro, que debemos ir moldeando, quitando una pizca de aquí y poniendo unos gramos allí.
Pero no existe una norma.
Cuando tienes tu figurita bien proporcionada y pulida, aparece en tu vida ese amasijo de barro, cien por cien al natural, que no reprime emociones, que es franco y egoísta a partes iguales, con una personalidad con miles de aristas, matices y recovecos, que te llena el alma y hace que te replantees todo lo aprendido.
Y así empezamos un nuevo camino, una nueva fase, aprediendo en cada paso, avanzando, sin dar nada por sabido y disfrutando del viaje.