miércoles, 7 de septiembre de 2011

Ilusión

Era un cinco de Enero, salí a la puerta del local intrigada por el estruendo y el gentío que se amontonaba en la puerta.
Casi ni me había dado cuenta de que llegaban los Reyes Magos, una legión de romanos con estruendosos tambores abrían la comitiva real.
Le seguían un par de carrozas pequeñas de empresas locales, haciendo publicidad de sus productos.
Los niños cada vez mas excitados se lanzaban a recoger caramelos y demás chucherías que lanzaban unas niñas disfrazadas de duendecillos.
Enseguida las tres carrozas reales, profusamente adornadas y lanzando al aire cientos de caramelos de colores.
La música fortísima llenaba el helado ambiente de espíritu navideño.
Entonces fue cuando apareció un último camión, cerraba el desfile tirando balones al público que seguía la cabalgata.
Una nube de adolescentes, padres y abuelos, por este orden se disputaban los balones, era la ley del más rápido.
Tras su paso la calle quedaba barrida de cualquier regalo, como una marabunta rapiñaban todo.
Yo pensé, ¿donde esta el espíritu navideño?, ¿será por estas cosas que no me gusta la navidad?
Con esta idea en la cabeza observé a un niño sentado en los hombros de su abuelo, con las manitas estiradas al frente, con la cara encendida de ilusión, dando palmas y pidiendo un balón.
No tenía ni la menor posibilidad, físicamente era imposible adentrarse en la multitud o que un balón lanzado llegase a sus manos.
Pero él no paraba de dar palmas y su abuelo le decía, lo vamos a conseguir.
Su ilusión era tan grande que me llenó y emocionó.
Entonces entendí que nadie te dará ilusión, que el espíritu no ha de venir de fuera, sino que ha de estar en ti.
A veces me siento como aquel niño y no pienso si voy a conseguir mi balón o no. Es lo que menos importa.
Sólo pienso que hay muchas formas de conseguir las cosas y la diferencia está en el camino, en la ilusión que ponemos en cada acto, en la forma de vivir y de hacer sentir a los demás.
A partir de entonces espero la navidad con ilusión, el nuevo día con ansia y pongo todo mi corazón en cada cosa que me propongo.
Si no lo haces así, no vale la pena vivir.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Deberíamos seguir dando palmas el resto del año buscando balones y chuches.
Seguro que cae algo.
Me encantó Luz.

Eduardo dudu dijo...

Increiblemente emotivo ...