domingo, 30 de octubre de 2011

P.D.

El domingo es el día mas contradictorio de la semana.
Te levantas con la idea clara de disfrutar de un día tranquilo, familiar, un día que aprovechareis tu y tu móvil para recargar la batería.
Tu cuerpo y tu mente se desconectan, tu cuerpo busca el relax, el descanso necesario para afrontar una nueva semana, se niega a trabajar y busca un cambio en la rutina.
Tu mente intenta seguirlo, hace desconexiones intermitentes, y durante la mañana lo consigue.
Te sientes relajado, con todo un día por delante, disfrutas de tus aficiones y buscas paz, eso sobretodo, sabes que la dura semana esta acechando y engañas a tu mente para no pensar.
Después de la sobremesa y la siesta, el día se enturbia.
Tu mente no consigue librarse del pesado lunes, que acecha con obligaciones.
Por momentos te relajas y logras ver una película o leer un rato, una caminata es ideal o algún tiempo dedicado a tus aficiones.
Pero la noche acecha y al igual que la luz del sol, tu mente pierde su brillo y enseguida empieza a programar labores.
Que no te engañe mas esta calma ficticia, que empiece de una vez la acción.Hay un instante en que lo odias y deseas que se acabe de una vez.
Sabes todo lo que te espera, trabajo, presiones, reuniones y viajes.
Sabes que has de dar lo mejor de ti y estas últimas horas de domingo no hacen mas que retrasar lo inevitable.
Pero hoy si lo conseguirás, prepararás todas tus cosas y te acostaras temprano.
Mañana serás el rey de la selva y tu vitalidad podrá con todo.
¿Pero que pasa ?, miras el despertador de la mesilla y pasa de las tres, estas cansado y desvelado, tu mente es un torbellino incontrolable y no consigues conciliar el preciado sueño.
Resoplas mirando al techo y piensas P.D. (puto domingo).


1 comentario:

Unknown dijo...

No disfrutar el hoy por empezar a sufrir el mañana.
Carpe Diem Luzi.